Siempre se había tenido la idea de que el hierro forjado aportaba un efecto rústico y artesanal a las decoraciones interiores. Además, la resistencia y durabilidad que ofrece este material hacían posible la fabricación de un mobiliario que fuera perfecto para exteriores y, por ende, capaz de soportar las inclemencias del tiempo sin sufrir daños considerables.
Sin embargo, esta percepción ha ido cambiando con la búsqueda de lo práctico y, ahora, la forja constituye un elemento más que no rompe con la armonía de las composiciones decorativas de los espacios interiores, sino que más bien los llena de elegancia y calidez.
"Pensar que todo lo que es la decoración con los muebles de forja tienen un estilo rústico es un concepto un poco anticuado. Existe todo tipo de diseños, estilos modernos y vanguardistas. El mobiliario de forja actual no tiene nada que ver con el típico aspecto que uno recuerda", explica Javier Beltrán, responsable de la tienda de muebles y decoración Beltrán.
Efectivamente la forja ha caído en desuso en cuanto a la fabricación de los muebles de exterior, ya que al ser un material con alto grado de oxidación, requiere de mantenimiento cada cierto tiempo. Sin embargo, en este tipo de mobiliario, ya se están empleando otros materiales más duraderos, como la fundición de aluminio, para evitar el óxido y permitir así una exposición más prolongada a la intemperie y una limpieza más fácil.
A diferencia de las ideas decorativas del pasado, la tendencia actual es que la forja muestre su mayor esplendor en el interior de los hogares a través de la gran variedad de mobiliario existente: mesas, sillas, camas, cabeceros, estanterías, recibidores, cubre-radiadores, muebles de baño e, incluso, elementos de iluminación.
Fuente: impre.com
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