martes, 16 de noviembre de 2010

Las Herrerías, riqueza cultural de El Vergel

                 El fuego, el hierro y la creatividad se juntan desde las 06:00 en manos de los artesanos de la forja y la herrería, del barrio El Vergel, un sitio donde se viven día a día historias y anécdotas culturales y artísticas del tradicional sector de la ciudad.

Al ingresar por la calle Las Herrerías se divisa las casas que todavía mantienen su construcción en adobe y carrizos en los tumbados, algunas de estas viviendas también son talleres de artesanos que han dedicado toda su vida a la elaboración y diseño de adornos, candados, chapas y símbolos tradicionales de la urbe a través del hierro forjado.
                  Martha Roldán, una de las primeras habitantes y quien desde niña vio el crecimiento de este barrio, recuerda con añoranza cómo los caballos formaban una fila en Las Herrerías, una de las principales calles que conducían a los cuencanos hacia los campos y alrededores.
“Los dueños de los caballos esperaban con paciencia las herraduras, de paso mandaban a hacer herramientas para el trabajo del campo, las palas y picos eran las herramientas más utilizadas en aquella época”, agrega Roldán.

Tradición
En la entrada de los talleres que todavía mantienen la “técnica” de los primeros artesanos, se deja ver varias figuras de hierro que representan símbolos de la tradición cuencana, entre ellos los faroles y las cruces del Calvario.
“Las cruces eran elaboradas para colocarlas en los techos de las casas, estas van acompañadas de otras figuras, como el gallo, una escalera, una lanza y una jarra, que tienen un significado religioso”, cuenta Carlos Calle, un artesano que desde los ocho años ha dedicado su vida al hierro y la forja y que aprendió el oficio de su padre.

             Los Rodríguez, Calle, Roldán y los hermanos Quezada forman parte de las familias que todavía embellecen la ciudad y los domicilios gracias a su arte. Según ellos, esta es la última generación que trabaja en la forja, debido al desarrollo de la ciudad y las nuevas oportunidades de trabajo para los jóvenes.

              Los habitantes del sector manifestaron que las entidades municipales deberían brindar un apoyo a los artesanos que todavía conservan la tradición, con exposiciones, ferias y exhibiciones de los productos como motivación para comercializarlos y generar un soporte económico en los artesanos.


Diego Quezada, uno de los moradores tradicionales del barrio, manifiesta que Cuenca debería dar más apoyo y valor a los trabajos de los artesanos, ya que forman parte de su patrimonio.

“Nuestro arte fue exhibido en California y la aceptación fue excelente, sin embargo, esperamos que en nuestro país tengamos el mismo apoyo, pues con el tiempo se está perdiendo cada vez más”, asegura Quezada. (JOA)

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