jueves, 4 de noviembre de 2010

Un lugar en el Camino para el arte de la forja

José María Gutiérrez es el autor de la escultura jacobea del Casco Histórico

Más duro que el acero. Es lo que suele decirse de este tipo de material, pero en manos de los expertos -artistas en este caso-, se muestra dócil, por maleable, cuando se empeñan en convertir un trozo amorfo de él en una obra de arte con vocación de gustar y también de perdurar. Como la nueva escultura-fuente colocada junto a la plaza de los Administradores de Fincas, realizada en acero corten -más rico en cobre, que le confiere ese tono oxidado y a la vez protege a la pieza de la corrosión atmosférica-, por los talleres de forja artística de José María Gutiérrez. Es decir, 'Made in Santo Domingo de la Calzada'.
La idea se fraguó -verbo apropiado en este caso- en la asamblea de los Presupuestos Participativos, y, desde el pasado 19 de octubre es ya una realidad en la calle y un recuerdo atrapado por las cámaras fotográficas de muchos peregrinos y visitantes que recalan en la ciudad calceatense.
Entre el encargo y su instalación medió un largo proceso que comprendió desde el diseño en función del espacio a ocupar, hasta un sinfín de martillazos para darle forma a los bocetos. Incontables horas al rojo vivo y mucho oficio hicieron que poco a poco fueran surgiendo cada una de las piezas que, ensambladas, componen el conjunto artístico de inspiración jacobea: la bota, la bicicleta, la mochila, el cayado...

José María Gutiérrez se muestra satisfecho con el resultado, y, sobre todo, orgulloso del lugar que ocupa. Tiene obras en muchas ciudades españolas y en países como Canadá o Japón, entre otros, pero esta es otra cosa. «Me hacía especial ilusión tener una obra en el Camino de Santiago y en Santo Domingo de la Calzada, que fuera un servicio para el pueblo y que todo aquel que pase junto a ella la contemple y disfrute», explica de una escultura que, como los presupuestos que la han financiado, también es participativa: la gente se monta en la bicicleta, sujeta el cayado, la toca... Sólo confía en que dure. «Romper se puede romper todo, pero hay que tener conciencia ciudadana de que se pueden hacer cosas y de que tenemos que mantenerlas».
José María forma parte de una estirpe de herreros artesanales dedicados en exclusiva a la forja que, en La Rioja, se cuentan con los dedos de una mano. «Nosotros no hacemos más que forja artística, una labor completamente diferente a lo que hacen los herreros metalisteros de hoy en día. Cogemos el hierro en bruto y después lo trabajamos todo en la fragua. Desarrollamos nuestras propias piezas», resume.
Que queden pocos como él tiene una causa. «La competencia que tenemos con todo lo que viene fabricado es muy grande, y a la hora de presupuestar y desarrollar trabajo sale más caro lo que nosotros hacemos, aunque es tres veces de mayor calidad que lo que llega ya fabricado», asegura. Mientras esto explica, una mujer da en la diana de su ego profesional. «¡Eres un artista!», le grita la viandante.

Fuente: larioja.com

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