lunes, 14 de febrero de 2011

¿Cuánto cuesta la eficiencia alemana?

La primera potencia exportadora...haciendo reformas eficientes

La transición de Alemania, de costosa artrítica a nuevo motor dinámico y de bajo coste, tiende a erigirse en modelo para la UE y los nuevos tiempos. Pero, frente a la sola solución contable de los recortes, los economistas urgen a contemplar qué es lo que realmente ha ayudado a ello: los alemanes no han sido sólo contables, sino sobre todo emprendedores. Esto debe tenerse en cuenta en el pacto de competitividad que Angela Merkel le ha encasquetado a la UE. Ahora el sector alemán del metal ha pactado un aumento de sueldos del 3,6%, marcando la «pauta de avance» como señala el experto salarial Mehrad Payandeh, de la federación sindical DGB que agrupa al 80% de las fuerzas sindicales alemanas. La inflación ronda el 1,2% por lo que se ve que la subida no es correlativa al IPC sino, exactamente, al 3,6% de crecimiento de la economía alemana el pasado año.
Los alemanes han pasado una década sin aumento real de salarios y hoy figuran, con Holanda y Austria, entre los más productivos y eficientes de la UE. Pero los sueldos en Portugal son apenas un tercio que los alemanes y las empresas portuguesas no han pasado a ser las más competitivas, advierte el presidente de la federación sindical Michael Sommer. Tampoco las españolas, con salarios también inferiores: el boom español lo produjo antes su expansión a otros mercados (Latinoamérica, Portugal, Marruecos) que los sueldos bajos: «La competitividad española ha caído un 20% respecto de la alemana» en la década del euro, tanto por problemas estructurales como exógenos. Los salarios «no son la única herramienta de ajuste dentro de la eurozona», insiste el economista laboral Ronald Janssen. «Los alemanes se han convertido en primera potencia exportadora, no bajando sueldos sino haciendo reformas eficientes, buscando nuevos mercados y exportando una imagen de calidad e innovación». De hecho, parece probado que el ajuste salarial sólo se trasladó en un 0,3% al éxito exportador alemán: el empresario alemán hizo la maleta y tuvo que viajar mucho. En breve, España no superará a las empresas alemanas sólo bajando sueldos sino cambiando de modelo —innovando— y capacidad productiva: siendo más eficiente
El IPC ha dejado de ser la pauta negociadora y en estos días Volkswagen ha cerrado, en apenas dos discusiones, el acuerdo salarial para el nuevo año (+3,2%), seguido del ferrocarril Deutsche Bahn y la energética RWE, abriendo así la veda del aumento en toda la banda salarial en Alemania. La fundación Hans Böckler estima que 7,5 millones de trabajadores esperan revisiones salariales en Alemania.
La Federación de Funcionarios y el sindicato Verdi piden para los empleados públicos un 3% y 50 euros más, lo que viene a ser un 5%. Las industrias del textil, la alimentación, la construcción o los seguros esperan planear subidas de entre el 5 y el 6% y, aún, la química pretende negociar incluso entre un 6 y un 7%. Naturalmente, el presidente de la patronal Dieter Hundt descalifica estos proyectos como ensoñaciones y el Instituto de la Economía Alemana (IW) frena el carro de expectativas, reduciéndolas a un 3,2-3,6%, lo que supondría un 2% en toda la banda.
Que VW haya añadido un complemento, para el caso de un éxito en contratación, «no puede ser una señal para nadie». La presión sobre los precios parece inevitable y es el fantasma de la economía alemana más temido tradicionalmente, por la resaca de los terribles años 20. Pero los trabajadores se sienten fuertes y la fundación laboral Böckler cree que «con una inflación esperada del 1,5% está claro que necesitamos estas subidas».
El instituto macroeconómico IMK puede considerar hasta un máximo de un 3,5% de aumentos. Pero el raciocinio alemán vuelve a mostrarse en una encuesta del Welt am Sonntag, donde sólo un 6% dice esperar un aumento notablemente por encima del IPC. Pero ha quedado claro que los aumentos tienden ya a interpretarse en función, no del poder adquisitivo, que el año pasado con un 1,2% de inflación se convirtió en un aumento real de un 1,4%, sino de la productividad en el propio sector y, en todo caso como ha hecho VW, con bonificaciones según contratas: la vieja paga de la eficiencia.
Pero cuando se habla de eficiencia la Federación Europea de Empresarios recuerda que los países con salarios más bajos en la eurozona son España, Grecia y Portugal y no son ejemplo automático de competitividad.
Fuentes: Tafer y ABC

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