El presidente de Telefónica, César Alierta, ocupará la presidencia rotativa del Consejo Empresarial para la Competitividad, constituido por 17 grandes empresas españolas más el Instituto de Empresa Familiar con el objetivo de recobrar la confianza de los mercados internacionales en la economía española. La presentación oficial de este organismo, que fue adelantada por CincoDías, se producirá el próximo lunes en el Distrito C de Telefónica.
De este modo, Alierta será el primer ejecutivo en estrenar la presidencia de la citada alianza empresarial, con una vigencia temporal de dos años. El cargo lo ocuparán de forma rotatoria los presidentes o consejeros delegados de las empresas socias. Fernando Casado, ex presidente de Catalunya Caixa y ex director general del Instituto de Empresa Familiar (IEF), ejercerá de director general y será el encargado de llevar el día a día.
Además del IEF forman parte del proyecto multinacionales como Santander, BBVA, Mapfre, Telefónica, El Corte Inglés, Mercadona, Iberdrola, Repsol, Inditex, ACS, Ferrovial, Acciona, el grupo Planeta, Criteria y el Grupo Barceló. Fuentes cercanas al IEF no descartan, no obstante, que en los próximos días puedan sumarse algunas más al proyecto.
La idea de crear este think tank, que no quiere ser considerado un lobby, nació de los contactos que los máximos responsables de las mayores empresas españolas han mantenido en los últimos meses entre sí y con el Gobierno, ante el empeño común de mejorar la imagen de España en el exterior y la confianza de los inversores internacionales, empañada por el aumento de la prima de riesgo experimentado por la economía española desde que la UE inició el rescate de la economía griega.
Por su parte, CC OO ha criticado por “innecesario” el nacimiento del Consejo Empresarial para la Competitividad, un organismo impulsado por veinte grandes empresas españolas, que cuenta con el beneplácito de La Moncloa, y que llega justo cuando se negocian cambios en la estructura de la negociación colectiva, una negociación de cuyos resultados depende, para algunos, precisamente la mejora de la competitividad de las empresas españolas.
“Todo aquellos que tenga que ver con el fomento de la competitividad forma parte del Diálogo Social”. De esta forma quisieron zanjar los sindicatos cualquier intento de influir en un ámbito que consideran exclusivo de su intervención, junto a la patronal.
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