La multinacional multiplicó por 20 sus beneficios (2.140 millones en 2010) , gracias a la recuperación global.
Arcelor-Mittal ha iniciado el cierre de las instalaciones productivas menos competitivas, concentrando la producción en aquellas que sí resultan rentables, según confirmó ayer el presidente y primer accionista de la compañía, Lakshmi Mittal. Un ejemplo en España, aunque se enmarca en el bautizado como «plan Bidasoa», es el cierre de la línea de pintura de Legasa y su traslado a Lesaka, donde se integra con una línea de galvanizado. Aun así, las instalaciones españolas no corren riesgo de cierres, beneficiadas por las exportaciones y en especial por la mejoría del sector del automóvil. De hecho, la compañía confirmó que la aplicación del expediente de regulación de empleo (ERE), que se amplió hasta mediados de año, es «prácticamente despreciable».
Las instalaciones asturianas funcionan casi al 100% de su capacidad, muy por encima de la media del grupo, y no se encuadran en el perfil de las que puedan sufrir nuevos ajustes. Tampoco se prevén grandes inversiones. De hecho, para todas las instalaciones españolas se calcula una inversión de poco más de 100 millones de euros de un total de 3.750 millones.
Las cuentas de Arcelor-Mittal reflejan el repunte de la economía mundial en 2010. El gigante siderúrgico ganó unos 2.140 millones de euros, es decir, multiplicó casi por veinte los 115 millones de euros que había ganado en 2009, cuando tuvo que hacer frente a mayores gastos extraordinarios.
Gonzalo Urquijo, Michel Wurth, Lakshmi Mittal y Aditya Mittal, ayer, durante la comparecencia para presentar los resultados del ejercicio 2010
Las previsiones para 2011 son optimistas. Para el primer trimestre de este ejercicio se confía en obtener un EBITDA (beneficios antes de impuestos) de entre 1.466 y 1.833 millones de euros. La capacidad de producción también seguirá al alza, pasando del 69% con que se cerró 2010 al 76%.
«Este año 2011 será mejor que 2010, porque mejorarán las condiciones de mercado y los precios del acero subirán, lo que debería compensar el incremento de costes de la materia prima», explicó Lakshmi Mittal. Aunque también matizó que hay distintas líneas de crecimiento. Estados Unidos se está recuperando y la demanda mejora, especialmente en el sector del automóvil. En China, pese a la ralentización monetaria, se prevé que se mantenga el mercado.
¿Y Europa? «Tiene dos economías», explicó el presidente del gigante del acero. «Está el norte, que va bien, especialmente Alemania y sus países de influencia, como Polonia, de los que seguirá tirando. Y luego está el sur, donde la recuperación es más lenta y confusa». Pero aun así, se empiezan a arrancar instalaciones porque aumenta la demanda, y en el caso de España la situación ha mejorado considerablemente, con todas las plantas ya en funcionamiento, aunque su producción se destine a la exportación.
El riesgo, admitió la cúpula de la compañía, es que se pueda producir una sobrecapacidad. De ahí que Mittal insistiera en la necesidad de aplicar principios como la «flexibilidad» para ajustarse a la demanda, a la vez que se mejora la productividad. Y fue entonces cuando se refirió a la competitividad de las plantas y el futuro de las que no sean eficientes. Afirmó el presidente de la acerera que «suspender una instalación no es caro. Reconstruir es algo costoso, y crear nuevas instalaciones para alcanzar 1.500 o 2.000 dólares por tonelada es carísimo. Conforme la demanda avance, se volverán a poner en marcha (las instalaciones paradas por la crisis)», pero añadió: «Algunas pensamos que nunca serán competitivas en costes. Hemos hecho una auditoría y no tiene sentido seguir invirtiendo en ellas, así que cerramos las que no son competitivas y trasladamos la producción a otras».
Gonzalo Urquijo, presidente de Arcelor-Mittal en España y único español en la cúpula de la multinacional, intentó posteriormente suavizar las palabras de Mittal, y explicó que la compañía está analizando planta por planta todas sus ratios: producción, productividad, clientes, inversiones que requieren, etcétera. «Son planes de viabilidad, que cada director de cada planta debe hacer habitualmente, y no tienen nada de especial o novedoso».
Urquijo añadió que el mercado en España está marcado por la «atonía», y que la situación todavía es «muy difícil», aunque la producción de la compañía aumentó un 25% en 2010 respecto al ejercicio anterior. Esta mejoría se explica por las exportaciones, y especialmente por el aumento de la actividad en el sector del automóvil.
El director de la planta asturiana, José Manuel Arias, afirmó que las instalaciones producen al 97% de su capacidad y que las previsiones son mantener este nivel hasta el verano. También explicó que se están realizando varios proyectos para proponer la construcción de unas nuevas baterías de coque en Gijón, que se presentarán en el segundo trimestre.
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